jueves, 10 de junio de 2010

NIÑOS Y NIÑAS QUE VIVEN LA POBREZA


Definir la pobreza infantil

Los niños y las niñas experimentan la pobreza como un entorno que perjudica su desarrollo mental, físico, emocional y espiritual. Por tanto es especialmente importante ampliar la definición de pobreza infantil más allá de conceptos tradicionales como bajos ingresos de las familias o bajos niveles de consumo. Sin embargo, pocas veces se establece la diferencia entre la pobreza infantil y la pobreza en general y raramente se reconocen sus dimensiones.

Los niños y las niñas experimentan la pobreza con sus manos, mentes y corazones. La pobreza material –por ejemplo, comenzar el día sin un alimento nutritivo o verse obligado a realizar trabajos peligrosos– dificulta la capacidad cognoscitiva y el crecimiento físico. Vivir en un entorno que ofrece pocos estímulos o un apoyo emocional a la infancia, por otra parte, puede eliminar gran parte de los efectos positivos que se derivan de crecer en un hogar acomodado desde el punto de vista material. Al discriminar contra su participación en la sociedad y menoscabar su potencial, la pobreza no solamente provoca el sufrimiento entre los niños y las niñas, sino que también les resta poder.

LLAMAMINTO A LA ACCION

La amenaza que la pobreza, la enfermedad y la privación supone para la infancia tiene muchas facetas. La respuesta tiene que ser idéntica. Se necesita un enfoque integrado de la primera infancia que mejore en gran medida las posibilidades de que todos los niños y las niñas sobrevivan y prosperen, así como aumentar los gastos en las familias, incorporar una perspectiva de género en las estrategias de reducción de la pobreza, fortalecer la protección de los niños y las niñas en todos los niveles y contar con su participación en la concepción de las soluciones a sus problemas.

Hay recursos disponibles para financiar una transformación mundial de la infancia, tanto mediante un aumento de la asistencia oficial al desarrollo como de mejoras en la calidad de las finanzas públicas nacionales. Poner en práctica planes nacionales de acción para la infancia con una serie de metas y objetivos específicos, con plazos determinados y mesurables, tal como se acordó durante la Sesión Especial de las Naciones Unidas en favor de la Infancia, contribuirá en gran medida a cumplir el programa de Un mundo apropiado para los niños.


Gastar más en las familias


El gasto público global que se emplea para apoyar a las familias y los niños pequeños guarda una estrecha correlación con la incidencia de pobreza infantil relativa en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Unas instituciones avanzadas, financiadas por el gobierno, pueden evitar que haya tasas elevadas de exclusión social y los riesgos que suponen para la infancia y la juventud. El costo que supone este tipo de sistemas de bienestar público de una complejidad similar es muchas veces prohibitivo para los países más pobres. Sin embargo, los países de medianos ingresos podrían lograr mejores resultados; y la asistencia internacional, las iniciativas federales y las soluciones locales innovadoras pueden eliminar parte de los costos que tienen que afrontar los gobiernos en los países en desarrollo.

Las intervenciones destinadas a abordar las privaciones infantiles deben concebirse en el plano local, y es preciso que los usuarios las consideren como propias; las familias y los niños tienen que formar también parte de la solución. Todas las investigaciones subrayan la importancia de fomentar intervenciones basadas en análisis efectivos centrados en los países, realizados localmente y sensibles en materia de género, en lugar de sobre la base de programas genéricos. Sin una comprensión adecuada de las condiciones de un país o un contexto de la familia en el plano local, por ejemplo, las intervenciones de salud o educación centradas en la infancia no conseguirán obtener los resultados deseados.


Tomado de:
http://www.unicef.org/spanish/sowc05/povertyaction.html
Imagen tomada de: http://media.argentina.indymedia.org/uploads/2009/01/pobres_ni_os_5580.jpg

Pobreza en Africa


África es el país más bello por sus imponentes paisajes, fauna, flora y animales exóticos. También es el lugar escogido para el evento más importante del deporte, pero sin duda pocos se preocupan por los problemas que afectan a las personas de este continente, inmerso en la pobreza. La realidad Africana es dramática, más de trescientos millones de personas viven con menos de un dólar al día, treinta millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene agua potable. Estas cifras sin duda son muy alarmantes, ver a hombres, mujeres y niños desnutridos y enfermos.

Además de ser la región más pobre del mundo, sufre las consecuencias de tener los índices más altos de contagios de SIDA, la esperanza de vida se ha rebajado de 49 a 46 años de vida a cauda de esta enfermedad. África registra el 70% de los casos de SIDA del mundo, con más de 2,2 millones de muertes al año. Otro problema importante es la escasez de agua, situación que se agrava con las fuertes sequias y la mala administración hídrica.

La sequia trajo muchas consecuencias para los pobladores, cómo las hambrunas y las millones de enfermedades que afectan todos los días a los habitantes de África. Sin duda los que pretenden ayudar a este continente han demostrado falta de eficiencia total, mientras que se lee este articulo mueren cientos de niños, y no se ven los esfuerzos de nadie para frenar esta gran pobreza que azota este país tan bello.

Tomado de: http://www.pobrezamundial.com/

miércoles, 9 de junio de 2010

FAO: grave problema del hambre en México


La situación de hambre que se vive en México es grave, reconoció Norman Bellino, representante en México de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), debido a que la mitad de este país vive en la pobreza, y un quinto de ella se ubica en la pobreza extrema.
Según el funcionario de la FAO, no se puede permitir hoy en día que existan personas con hambre y malnutrición en el planeta. Por ello, consideró que mientras haya un solo mexicano con hambre, tiene que seguir siendo fuente de preocupación para el gobierno federal.

De acuerdo con la FAO, a nivel mundial hay 800 millones de personas que sufren de hambre.

En su oportunidad, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la Sedesol, reconoció que más de 20 millones de mexicanos se encuentran en pobreza alimentaria.

De esta cifra, agregó el funcionario de la Secretaría de Desarrollo Social, 300 mil familias (aproximadamente un millón y medio de personas) que viven en los lugares más apartados del país pueden dejar de comer por días al no tener acceso a los alimentos.

Díaz de Rivera aclaró que en el caso de México, la pobreza está dividida en tres categorías: alimentaria, de capacidades y de patrimonio, y recordó que del año 2000 al 2002, se redujo la pobreza alimentaria en 16 por ciento .

En vísperas de celebrarse el Día Mundial de la Alimentación, este próximo 16 de octubre, con el lema "La Biodiversidad al Servicio de la Seguridad Alimentaria", Bellino consideró que aunque exista una disminución en la malnutrición en algunos países, la meta principal es no tener gente que padezca hambre y desnutrición.

"Es muy lindo hablar de estadísticas, pero si yo le dijera que entre el 2003 y 2004 los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez han bajado en 5 por ciento , eso realmente no satisface a nadie; nosotros realmente tenemos que llegar a cero".

En conferencia de prensa para anunciar el Foro Nacional sobre Seguridad Alimentaria, a realizarse este jueves, Nornam Bellino dijo que cada vez más hay personajes políticos que alertan que el actual modelo económico no está funcionando para revertir la pobreza y el hambre.

Recordó que la FAO trazó metas claras de reducir en 50 por ciento la pobreza y el hambre en el mundo para el 2015. En el caso de México, expuso, se espera que antes de esta fecha alcance esta meta.

En su oportunidad, Antonio Ruiz García, subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa, indicó que el acceso de alimentos repercute sobre todo en los más pobres del país, que son los indígenas.
Imagen tomada de: mex-euro.de/showthread.php?tid=2459&pid=56600

Hambre y Pobreza




¿Que es el hambre?

La pobreza es hambre. La pobreza es falta de techo bajo el cual resguardarse. La pobreza es estar enfermo y no poder ser atendido por un médico. La pobreza es no poder ir a la escuela y no saber leer. La pobreza es no tener trabajo, tener miedo al futuro y vivir día a día. La pobreza es perder a un hijo debido a enfermedades relacionadas con el agua impura. La pobreza es impotencia, falta de representación y libertad.

ONU: 840 Millones de personas con hambre
"Cada siete segundos muere de hambre un niño menor de diez años, y cada 4 minutos alguien pierde la vista por falta de vitamina A", afirmó el relator, quien agregó que nada de esto tiene justificación, puesto que la producción agrícola del planeta va en aumento. América Latina: Sobre 500 millones, 220 millones de habitantes son pobres.

El mensaje es claro: no habrá paz hasta que la gente tenga lo mínimo para comer. Las personas hambrientas no suelen ser personas pacíficas. Las inversiones que hoy se hagan en investigaciones agrícolas pueden cultivar la paz del mañana. Jimmy Carter (Ex Presidente de USA)

Informe CEPAL - (25 de agosto, 2003) - En el año 2002, el número de latinoamericanos que vive en la pobreza alcanzó los 220 millones de personas, de los cuales 95 millones son indigentes, lo que representa el 43,4 % y 18,8% de la población respectivamente. Éstas son estimaciones presentadas hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un adelanto del Panorama social de América Latina 2002-2003

El proceso de superación de la pobreza se estancó durante los últimos cinco años, con tasas de pobreza e indigencia que se han mantenido prácticamente constantes desde 1997. La única excepción fue el año 2000, cuando el mejor desempeño de las economías permitió una reducción del volumen de pobreza en más de 4 millones de personas.

A nivel de países, la evolución de estos indicadores entre 1999 y 2002 también se caracterizó por variaciones más bien pequeñas. Entre las excepciones figuran Argentina y, en menor medida Uruguay, que sufrieron serios deterioros de las condiciones de vida. En el área urbana argentina, la tasa de pobreza casi se duplicó al pasar del 23,7% al 45,4%, mientras que la indigencia se multiplicó por tres, subiendo del 6,7% al 20,9%.

Por otra parte, México y Ecuador (área urbana) son los únicos países estudiados que presentaron disminuciones perceptibles en sus niveles de pobreza e indigencia en ese período.

Las proyecciones de la CEPAL para 2003 indican que se volvería a producir un aumento de estas tasas a nivel regional, motivado sobre todo por la ausencia de crecimiento del producto por habitante. Las condiciones de vida permanecerían casi invariables en la mayoría de los países, salvo en Venezuela, donde la pobreza podría aumentar significativamente y en Argentina, donde la reactivación del crecimiento económico reduciría la proporción de pobres.

Magnitud del hambre en la región

Por otro lado, casi 55 millones de latinoamericanos y caribeños padecían algún grado de subnutrición a finales de la década pasada. En un capítulo especial dedicado al tema del hambre realizado en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), la CEPAL estima que el 11% de la población está subnutrida. Casi un 9% de la población infantil menor de 5 años sufre desnutrición aguda (bajo peso) y un 19,4%, desnutrición crónica (baja talla respecto a la edad). Esta última reviste especial gravedad por la irreversibilidad de sus efectos negativos.

El informe de la CEPAL presenta información sobre 18 países de América Latina sobre el gasto social público y centra su análisis en el impacto de la desaceleración del crecimiento económico sobre éste. En la pasada década, el gasto social por habitante se elevó un 58% de promedio en la región. El estudio concluye que pese a frenarse la importante expansión del gasto social registrada en casi todos los países entre 1990 y 1997, la mayor prioridad otorgada al gasto social, expresado como porcentaje del PIB, evitó disminuciones mayores de dicho gasto en términos per cápita, y que además se le dio preferencia a los gastos destinados a "capital humano" (educación y salud), en comparación con la otorgada a las restantes partidas, particularmente a la seguridad social. Esto, según la CEPAL, se tradujo en una mejora del impacto redistributivo.

Mujeres más educadas, pero más pobres

En cuanto al tema de pobreza y género, en el estudio se constata que en América Latina hay más mujeres que hombres en situación de pobreza. Las mujeres jefas de hogar cuentan con menos ingresos monetarios que los hombres, tanto en los hogares pobres como en los de mayor ingreso. Los hogares monoparentales, mayoritariamente encabezados por mujeres, sufren desventajas adicionales vinculadas con la ausencia de trabajo doméstico no remunerado.

Las latinoamericanas han alcanzado niveles de escolaridad superiores a los hombres y las mujeres activas tienen, en promedio, más años de instrucción. Pero ellas sufren con mayor severidad el desempleo, la discriminación salarial y las restricciones de tiempo. Durante los años noventa, la tasa de actividad económica de las mujeres creció a un mayor ritmo que la masculina. Pero mientras las tasas de desempleo masculino se incrementaron en 2,9 puntos porcentuales entre 1990 y 1999, las de las mujeres lo han hecho en 6,1%.

La CEPAL califica como aún "demasiado lento" el progreso registrado en la participación política de las mujeres y en la ocupación de puestos ejecutivos, salvo en los países donde se ejecutaron políticas de acción positiva.

El análisis de las encuestas de hogares permite una aproximación a la pobreza femenina desde el punto de vista de los ingresos. El porcentaje de mujeres mayores de 15 años sin ingresos propios supera ampliamente el de los varones. En las zonas urbanas el 45% de las mujeres carece de ingresos propios, comparado con sólo el 21% de los hombres.

En el capítulo dedicado a la Agenda Social, se revisa la situación laboral y las políticas de empleo en América Latina. Todos los gobiernos han ratificado los convenios internacionales fundamentales sobre no discriminación en el empleo. No sucede lo mismo con el trabajo infantil y la normativa sobre la edad mínima para trabajar vigente en la región, que presenta contradicciones con la internacional y una gran diversidad entre los países y dentro de ellos.

En el período de 1998 a 2003 se promulgaron reformas del derecho laboral colectivo en Colombia, del código laboral en Chile y Guatemala, y de los convenios colectivos de trabajo en Cuba. En México y República Dominicana se modificaron las leyes de seguridad social. Sin embargo, persiste como problema el incumplimiento de la legislación.

Para paliar los efectos de los cambios de las modalidades de empleo y el aumento de la inestabilidad laboral, los gobiernos han puesto en práctica diversas políticas. Entre las de carácter pasivo se incluyen los seguros de desempleo y entre las activas, el crédito a las pequeñas empresas (pymes) y la intermediación para la búsqueda de empleo. Sólo hay seis países en la región con seguro de desempleo: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela



¿Qué es la pobreza? - Jaime Adames J.

Cada uno de nosotros tiene o cree tener una imagen clara y palpable de qué es este mal. Sin embargo, la claridad de nuestra imagen individual de pobreza tiende a evadirnos a medida que se hace requisito presentarla y aplicarla de forma colectiva.
¿Qué es pobreza? A primera vista, buscar una definición de pobreza parece una proposición redundante y hasta inútil, puesto que cada uno de nosotros tiene o cree tener una imagen clara y palpable de que es este mal. Sin embargo, la claridad de nuestra imagen individual de pobreza tiende a evadirnos a medida que se hace requisito presentarla y aplicarla de forma colectiva en términos de acciones y políticas nacionales dirigidas a reducir este problema.

A mi juicio, esta propiedad esquiva de nuestro entendimiento colectivo de pobreza nos impide conciliar la naturaleza, la prioridad y las expectativas de las acciones y políticas que, para aliviarla, de forma independiente o en conjunto, deben poner en práctica los diferentes sectores de nuestra sociedad. Al no contar el país con un concepto amplio que abarque las distintas perspectivas que, acerca de esta condición tienen los diferentes actores sociales, cada uno de ellos utilizará su cuota de poder para impulsar las propuestas que más se acerquen a su concepción individual del problema. O bien de la misma forma, utilizaran su influencia para combatir, abierta o ideológicamente, aquellas iniciativas que impulsan otros grupos y que ellos consideran equivocados o poco efectivos. El resultado de este tipo de interacción es de propensión de los diversos sectores a proponer e implementar acciones aisladas cuyo impacto en contra de este mal social se verá mediatizado, por su propio aislacionismo, por su falta de consenso y por el constante debate que cuestiona la efectividad de la acción tomada. De esta idea se desprende entonces, que la falta de un entendimiento común de nuestra pobreza es un dilema eminentemente político cuya solución solo se puede encontrar vía liderazgo y diálogo en esta misma arena.

Ahora bien, al margen del desafío que de por sí sugiere la búsqueda de una solución en el plano político, considero que existe un criterio ideológico, o más bien una sobreracionalización conceptual, que interfiere con la posibilidad de encontrar puntos comunes en la discusión de nuestra pobreza. Me refiero al empeño que tenemos en tratar de definir y de entender este problema casi exclusivamente bajo la óptica de los indicadores económicos.

Con esta afirmación no quiero quitar mérito a los beneficios que nos brindan los índices macroeconómicos como herramientas para ayudar a medir e interpretar la pobreza y, mucho menos se debe entender que esta posición infiere no reconocer que el avance económico es pieza fundamental para el desarrollo humano. Mi punto es que, insistir en ver este tema principalmente bajo el lente de los indicadores cuantitativos nos induce a aceptar una noción estrecha de pobreza que utiliza el indicador como el factor que modela nuestro entendimiento del problema, dejando por fuera o sin suficiente valor, otros elementos esenciales para la comprensión colectiva de este complejo mal social.

Es un error pensar que mejorar en algunos de nuestros indicadores económicos se traduce, inequívocamente, en un logro en nuestros esfuerzos hacia combatir la pobreza. Esta línea de pensamiento tiene una falta de origen porque define pobreza en base al (los) instrumento (s) que usamos para medir el problema, en vez de, en función del objeto de nuestras acciones. Dicho de otra manera, nuestras acciones y políticas contra la pobreza deben estar dirigidas a reducir las verdaderas carencias sociales que la componen y no hacia los vehículos o medios que, en potencia, pueden hacer posible la ejecución efectiva y exitosa de estas mismas acciones y políticas. Puesto de forma más simple, lograr un incremento en el PIB, por dar un ejemplo, no debe ser nuestra meta para aliviar nuestra pobreza, sino el medio para cumplir con nuestros objetivos de reducir los diversos males sociales que nos aquejan.

Sobrevalorar una concepción de pobreza basada principalmente en lo económico, en cifras de ingreso, o en el mejor de los casos, en cifras de consumo, es un error que nos llevará cada vez más lejos de la realidad humana de este problema y de la posibilidad de tomar decisiones efectivas para el beneficio de nuestra sociedad y de los actores que la componen. Considero que estos conceptos son particularmente ciertos en un país como Panamá, en donde el obstáculo central de nuestro desarrollo social no es nuestra falta de potencial para crecer, sino nuestra incapacidad de poder distribuir equitativa y eficazmente eso que podemos producir.

La pobreza de nuestro país se debe entender como un problema de múltiples facetas cuya definición no se puede simplificar a la lectura e interpretación de unos indicadores económicos o, por otro lado, enmarcar dentro de esas ideologías estatizantes que propugnan algunos sectores supuestamente populares. Nuestra pobreza es un mal social multidimensional que se puede atacar equitativamente y con pragmatismo desde varios ángulos y en varios frentes con acciones y políticas que no son excluyentes




Manifiesto-llamamiento de los premios Nobel contra el Hambre

El 24 de junio de 1981 por iniciativa del Partido radical, se difundió en las grandes capitales de Occidente un documento contra el exterminio causado por el hambre firmado por numerosos Premios Nóbel. A pesar de no hablar de la responsabilidad de la ciencia y la universidad en este holocausto, han pasado 22 años de aquel manifiesto y hoy presenta una plena actualidad: ´Está teniendo lugar un holocausto sin precedentes, cuyo horror abarca en un sólo año el espanto de las masacres que nuestras generaciones conocieron en la primera mitad de este siglo y que desborda por momentos el perímetro de la barbarie y de la muerte, no sólamente en el mundo, sino también en nuestras conciencias´

El 24 de junio de 1981 por iniciativa del Partido radical, se difundió en las grandes capitales de Occidente un documento contra el exterminio causado por el hambre firmado por numerosos Premios Nóbel. Fue la respuesta de los hombres del mundo de la ciencia a la indiferencia de los gobiernos, de los medios de comunicación y de los individuos para con las terribles cifras que anunciaban la muerte segura de millones de personas a causa del hambre en el Sur del planeta.
El manifiesto indicaba con precisión qué hacer para poner punto final al holocausto de nuestros días.
Poner en marcha los objetivos del Manifiesto y salvar de la muerte a causa del hambre al mayor número posible de personas se convirtió en el compromiso prioritario del Partido radical

MANIFIESTO CONTRA EL HAMBRE

Los abajo firmantes, mujeres y hombres de ciencia, de letras y diferentes entre nosotros por la religión, la historia o la cultura, que hemos sido premiados porque buscamos, honramos y veneramos la verdad en la vida y vida en la verdad, a fin de que nuestras obras sean un testimonio universal de diálogo, de fraternidad y de civilización común en la paz y en el progreso.

Dirigimos un llamamiento a todos los hombres y todas las mujeres de buena voluntad, a los poderosos y a los humildes, cada uno de ellos con sus propias responsabilidades, para que cientos de millones de personas que agonizan a causa del hambre y del subdesarrollo, víctimas del desorden político y económico internacional que reina en la actualidad, puedan volver a la vida.

Está teniendo lugar un holocausto sin precedentes, cuyo horror abarca en un sólo año el espanto de las masacres que nuestras generaciones conocieron en la primera mitad de este siglo y que desborda por momentos el perímetro de la barbarie y de la muerte, no solamente en el mundo, sino también en nuestras conciencias.

Todos aquellos que denuncian y combaten este holocausto están unánimemente de acuerdo en que el motivo principal de esta tragedia es de carácter político.

Es necesaria una nueva voluntad política y una nueva forma de organizar esta voluntad, que tenga como objetivo prioritario superar las causas de este exterminio y evitar sus efectos.

Es necesario elaborar, escoger y realizar inmediatamente un método y un procedimiento adecuado, tanto si se trata de los ya existentes como de los que se puedan imaginar. Es necesario que un conjunto de proyectos convergentes y que correspondan con la pluralidad de las fuerzas, de las responsabilidades y de las conciencias asegure la vida en donde no se halla más que muerte.

Es necesario que las más altas autoridades internacionales, los Estados y los pueblos - tan a menudo mantenidos en la ignorancia sobre las posibilidades concretas de una política de vida y de salvación - tal y como reivindicaron angustiadas algunas de las más altas autoridades espirituales de la Tierra, actúen, uniéndose o unidas por la acción, con objetivos determinados, seguros y adecuados con el objeto de atacar y vencer la muerte que se extiende, acosa, y condena a gran parte de la humanidad.

Hay que sublevarse contra el falso realismo que incita a resignarse a una fatalidad, que en realidad es el producto de la política y del "desorden establecido".
Es necesario luchar de manera realista para que se realice lo posible en vez de desperdiciarlo - tal vez para siempre.
Es necesario que se conviertan en algo positivo esas modas y esos gestos de asistencia que tan fácilmente dejan la conciencia tranquila pero que no salvan a aquellos a quienes están destinadas, así como esas utopías crueles y estériles que sacrifican a los hombres de hoy en aras de un proyecto de hombre, y a la sociedad de hoy en aras de un proyecto de sociedad.

Es necesario que los ciudadanos y los responsables políticos elijan y voten, en sus respectivos niveles, electorales o parlamentarios, de gobierno o internacionales, nuevas leyes, nuevos presupuestos, nuevos proyectos o nuevas iniciativas que sean inmediatamente puestas en práctica para salvar a millones de seres humanos de la malnutrición y del subdesarrollo y cientos de millones de seres a cada nueva generación, de la muerte a causa del hambre.

Es necesario que todos y cada uno demos valor de ley al deber de salvar a los seres vivos y de no matar y no exterminar aunque sea por inercia, por omisión o por indiferencia.

Los poderosos de la tierra son responsables, pero no son los únicos.

Si los que no tienen ni el poder ni las armas no se resignasen a la apatía; si fueran cada vez más los que declarasen no obedecer ninguna otra ley que la ley fundamental de los derechos humanos y de los pueblos, que es ante todo el Derecho y el derecho a la vida; si éstos mismos se organizasen y utilizasen sus pocas pero duraderas armas - las armas de la democracia política, las grandes acciones no violentas, al estilo de Gandhi - proponiéndose e imponiendo posibilidades y objetivos cada vez más delimitados y adecuados; si todo esto sucediese, nuestra época dejaría de ser una época catastrófica. Y ya no sería una posibilidad sino una certeza.

Nuestro saber no puede limitarse únicamente en contemplar impertérritos e irresponsables el trágico final que se avecina.

Nuestro saber, que nos dice que la humanidad corre peligro de muerte, debe ser ciencia de la esperanza y ciencia salvadora, sustancia de las cosas en las que creemos y confiamos.

Si los medios de información, si los poderosos que nos han querido honrar con las muestras de agradecimiento con las que nos han agasajado consienten en escuchar y en hacer escuchar en esta ocasión nuestra voz, nuestra obra, así como la de todos aquellos que actúan por una misma causa, si mujeres y hombres supieran, si se les informase, no nos cabe la menor duda de que el futuro sería diferente de ese que hoy por hoy se muestra indefectible
Es necesario tomar una decisión, actuar, crear, vivir y hacer vivir

Tomado de: http://www.avizora.com/temasquequeman/hambre_y_%20pobreza_0001.htm
En orden de aparición:


Imagen1 tomada de: educacionsadop.blogspot.com/2009/10/16-de-oct...



Imagen2 tomada de: onasis.blog.labolsa.com1199784480/

¿Que es POBREZA CERO?




Pobreza cero es una campaña estatal, organizada por la Coordinadora de ONG para el Desarrollo España. Pretende implicar a todos los sectores de la sociedad civil en la lucha contra la pobreza de una forma urgente, definitiva y eficaz.

Tiene como objetivos:

1. Sensibilizar a la sociedad civil sobre la necesidad de emprender cambios que modifiquen el panorama de desigualdad e injusticia
2. Difundir en la opinión pública el contenido y la oportunidad que representan los Objetivos de Desarrollo del Milenio
3. Movilizar corrientes de opinión para que el gobierno emprenda medidas políticas encaminadas a contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
4. Influir en las políticas de cooperación

En el año 2000 se celebró la Cumbre del Milenio, en la que 189 Jefes de Estado y de Gobierno firmaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). A 10 años de esta fecha, los líderes políticos continúan incumpliendo sus promesas.

Por esto, Pobreza Cero hace un llamado a la sociedad civil para que se movilice y presione a los líderes políticos para que cumplan con sus promesas, y cumplan con los ODM para acabar con la pobreza y la desigualdad en el mundo.

Sociedad civil organizada

Pobreza Cero está conformada por más de 1.000 organizaciones y más de 70.000 mil personas que se han adherido a la lucha contra la pobreza. Entre ellas se encuentran las 89 ONGD asociadas a la Coordinadora de ONG para el Desarrollo España.

Ámbito Autonómico y Local

Pobreza Cero está conformada por una red de plataformas autonómicas y locales que, todos los años, se movilizan y participan en las actividades que se llevan a cabo en torno al 17 de Octubre (día internacional de la lucha contra la pobreza). Actualmente, cada Coordinadora Autonómica realiza actividades y se moviliza y, además, se coordina con las plataformas de acción autonómica y local para presionar a los políticos a que cumplan con sus compromisos.

Ámbito Internacional
A nivel internacional, la Campaña POBREZA CERO forma parte de la Llamamiento mundial contra la pobreza, (G-CAP) una amplia coalición internacional en la que participan millones de personas en más de cien países. Pobreza Cero como campaña de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, promueve en España los esfuerzos de esta coalición internacional.


La Campaña Pobreza Cero desde 2005 ha venido realizando acciones de todo tipo para resaltar la importancia de los ODM y para movilizar a la sociedad civil para que éstos se cumplan. A través de la campaña, se ha conseguido la participación de organizaciones y personas de topo tipo con un mismo fin: presionar para que se acabe con la pobreza.

Erradicar la pobreza
promover la dignidad humana y la igualdad,
y alcanzar la paz, la democracia y la sostenibilidad ambiental

martes, 8 de junio de 2010

Objetivos de desarrollo del Milenio Informe 2009 (presentaciòn)



La Declaración del Milenio fijó el 2015 como fecha límite para alcanzar la mayoría de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), que establecieron los parámetros cuantitativos para reducir todas las formas de extrema pobreza a la mitad. A medida que se acerca esa fecha, en menos de seis años, el mundo se encuentra sumido en una crisis económica sin precedentes por su gravedad y sus dimensiones
mundiales.

Los avances hacia el logro de los ODM se ven ahora amenazados por un crecimiento económico lento, o incluso negativo, una disminución de recursos, menos oportunidades comerciales para los países en desarrollo y posibles reducciones de los fondos provenientes de países donantes.

Además, los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y pueden tener un impacto devastador tanto en países ricos como pobres. Hoy más que nunca, el compromiso adoptado en la Declaración del Milenio de establecer una alianza mundial debe guiar nuestras acciones colectivas.

Las graves repercusiones de la crisis
económica


El presente informe ofrece una evaluación anual del progreso hacia el logro de los ODM. Aunque todavía no se dispone de datos que revelen todo el impacto de la crisis económica actual, ya se pueden discernir las áreas en las que el progreso hacia la consecución de los ocho objetivos se ha acelerado o invertido.
Es probable que los importantes avances en la lucha contra la extrema pobreza logrados entre1990 y el 2005, por ejemplo, se hayan estancado. Durante ese periodo, el número de personas que vivían con menos de 1,25 dólares al día disminuyó de 1.800 millones a 1.400 millones. En el 2009, se estima que entre 55 a 90 millones de personas más que lo previsto antes de la crisis estarán viviendo en condiciones de pobreza extrema.

De igual modo, en el 2008 se invirtió la alentadora tendencia en la erradicación del hambre que existía desde principios de los 90, debido en gran medida al aumento en los precios de los alimentos. Además, la prevalencia de hambre en las regiones en desarrollo está aumentando, y ha pasado de un 16% en el 2006 a un 17% en el 2008. Asimismo, la disminución de los precios internacionales de los alimentos en la segunda mitad del 2008 no ha logrado que los alimentos sean más asequibles para la mayoría de la población del mundo.

No es de extrañar que el peso de esta carga también recaiga en los niños. Así, en las regiones en desarrollo, más de la cuarta parte de los niños tienen insuficiencia ponderal para su edad, lo que limita sus perspectivas de supervivencia, crecimiento y desarrollo a largo plazo. El escaso progreso logrado entre 1990 y el 2007 en cuanto a nutrición infantil es insuficiente para poder alcanzar la meta en el 2015, y probablemente se vea deteriorado por el aumento de los precios de los alimentos y la crisis económica.

La actual crisis también puede retrasar el progreso hacia la igualdad entre los sexos, creando nuevos obstáculos para el empleo de la mujer. La Organización Internacional del Trabajo estima que el desempleo mundial en el 2009 podría alcanzar entre 6,1 y 7,0% para los hombres y entre 6,5 y 7,4% para las mujeres, muchas de las cuales siguen confinadas en empleos inseguros y a menudo no remunerados.

Otra secuela de la situación financiera mundial podría ser que se vean comprometidos los fondos para programas de mejora de la salud materna, objetivo hacia el cuál se han registrado los menores avances hasta la fecha. Desde mediados de los 90, la mayoría de los países en desarrollo ha sufrido una reducción significativa en los fondos de donantes recibidos (por mujer) para la planificación familiar, a pesar de la innegable contribución de estos programas a la salud materna e infantil.

También está en peligro la capacidad de los países para movilizar recursos internos para el desarrollo. Los ingresos por exportaciones en los países en desarrollo disminuyeron en el último trimestre del 2008,con la caída de los precios de las materias primas y de las exportaciones en general. La razón entre el servicio de la deuda y las exportaciones de los países en desarrollo probablemente siga empeorando, sobre todo en aquellos países que se beneficiaron en los últimos años de un aumento
en sus ingresos por concepto de exportaciones.
No cabe duda de que las necesidades económicas continuarán ejerciendo presión en el ya deteriorado medioambiente, donde la deforestación y la extinción de las especies ocurren a ritmos alarmantes y se vislumbra una crisis de recursos hídricos mundial.

En la Cumbre del Grupo de los Ocho, celebrada en Gleneagles en el 2005, y en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas celebrada también ese año, los donantes se comprometieron a aumentar su ayuda. En vista de que la mayoría de las economías de la OCDE están en recesión, incluso el cumplimiento de los compromisos (que se expresaron como porcentaje del ingreso nacional de los donantes), supondría una disminución de la cantidad de ayuda. Para muchos países en desarrollo, la reducción del nivel de ayuda no solo impediría seguir progresando, sino que podría revertir algunos de los logros ya alcanzados.

Los éxitos logrados hasta el presente

Pero no todo son malas noticias. En el informe también se describen los avances significativos que muchos países y regiones habían logrado antes de que la situación económica cambiara de forma tan radical en el 2008:

Los que vivían en la pobreza extrema en las regiones en desarrollo
representaban poco más de la cuarta parte de la población mundial
en desarrollo en el 2005, frente a casi la mitad en 1990.

- También se consiguieron grandes logros en cuanto a la educación.
En el conjunto de países en desarrollo, la matrícula en la enseñanza
primaria alcanzó el 88% en el 2007, un aumento respecto al 83%
registrado en el 2000. Además, gran parte de ese progreso se logró
en las regiones que estaban más rezagadas. En el África
subsahariana y Asia meridional, la matrícula aumentó en 15 puntos
porcentuales y 11 puntos porcentuales respectivamente entre el
2000 y el 2007.

-Las muertes de niños menores de cinco años disminuyeron a un
ritmo constante en todo el mundo pese al crecimiento de la
población: desde 12,6 millones en 1990 hasta unos 9 millones en el
2007. Aunque las tasas de mortalidad infantil en el África
subsahariana siguen siendo las más altas del mundo, datos
recientes de encuestas indican mejoras sustanciales en ciertas
intervenciones claves, que podrían redundar en grandes avances
para los niños de esta región en los próximos años. Entre estas
intervenciones figuran la distribución de mosquiteras tratadas con
insecticida para reducir el número de víctimas del paludismo, una
de las principales causas de mortalidad infantil y de niños.

Asimismo, como resultado de las inmunizaciones de ‘segunda
ronda’, se están logrando avances impresionantes en la lucha
contra el sarampión.

- A nivel global, el mundo logró una reducción del 97% en el
consumo de sustancias que deterioran la capa de ozono que protege
a la Tierra, lo que sentó un nuevo precedente para la cooperación
internacional.
Dónde se requiere acelerar el progreso
Estos logros demuestran que los objetivos son alcanzables a nivel
mundial, incluso en países muy pobres. Los ODM deben continuar
guiando nuestros esfuerzos y, ni siquiera en estos tiempos difíciles se
debe dejar de lado la visión de un mundo sin pobreza:

- Se deben revitalizar los esfuerzos para proporcionar empleo
productivo y decente para todos, incluidos las mujeres y los
jóvenes. El porcentaje de mujeres en empleos remunerados fuera
del sector agrícola ha aumentado solo marginalmente con los años.
Y en Asia meridional, África septentrional y Asia occidental, las
oportunidades de empleo para la mujer siguen siendo
extremadamente escasas.

-Hay que poner renovado empeño en la lucha contra el hambre,
sobre todo para el beneficio de los más jóvenes. En los países más
afectados por el reciente aumento en los precios de los alimentos,
es necesario implantar medidas que incrementen la disponibilidad
de alimentos y fortalecer las políticas sociales que buscan solución
al impacto negativo sobre los pobres.

-Se deben intensificar los esfuerzos para que todos los niños vayan a
la escuela, sobre todo aquellos que viven en comunidades rurales; y
eliminar las desigualdades educativas basadas en el género y el
origen étnico, y entre las minorías lingüísticas y religiosas.
Además, no se ha podido cumplir con la meta fijada de eliminar las
desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y
secundaria para el 2005.

-Se debe lograr ejercer una mayor voluntad política para reducir la
mortalidad materna, sobre todo en el África subsahariana y el Asia
meridional, donde hasta la fecha solo se han alcanzado progresos
insignificantes.

-Se requiere un avance más acelerado para dotar de acceso a
servicios de saneamiento mejorados a los 1.400 millones de
personas que carecían de ellos en el 2006, y obtener beneficios
consecuentes en la salud de las comunidades y el medio ambiente
local. Al ritmo en que se está avanzando actualmente, la meta de
saneamiento para el 2015 no se podrá cumplir.

- Se deben acelerar y ampliar los esfuerzos para mejorar las
condiciones de vida de los que están en pobreza en las áreas
urbanas. Aunque todas las regiones, menos una, han logrado
progresos en esa esfera, el mejoramiento de las condiciones de
vida en los tugurios no sigue el rápido ritmo crecimiento de las
ciudades en los países en desarrollo.

-Por último, pero de ninguna manera menos importante, se debe
dar una mayor prioridad a la preservación de nuestra base de
recursos naturales, de la cual todos dependemos. No hemos
actuado lo suficientemente fuerte ni de manera unificada para
enfrentar el cambio climático, nuestra pesca está en peligro,
nuestros bosques (sobre todo los de edad madura) están
disminuyendo, y la escasez de agua es ya una realidad en varias
regiones áridas.

Aprender de la experiencia pasada y
mirar al futuro


Los avances son más evidentes cuando las intervenciones focalizadas
surten un efecto inmediato, y cuando un mayor financiamiento resulta
en la ampliación de programas que brindan servicios y capacitación
directamente a las personas necesitadas. Esto se puede observar en la
lucha contra el paludismo, en la extraordinaria reducción de las
muertes a causa del sarampión y en la cobertura del tratamiento
antirretroviral contra el VIH y el SIDA, que se decuplicó en un período
de cinco años. En cambio, el progreso ha sido más modesto cuando se
requieren cambios estructurales y compromisos políticos sólidos para
garantizar financiamiento suficiente y sostenido durante un período
más prolongado de tiempo. Probablemente esto explica los escasos
resultados obtenidos en muchos países en la reducción de la mortalidad
materna y en el aumento del acceso a servicios de saneamiento
mejorados para la población que vive en condiciones de pobreza en las
zonas rurales.

El logro de los ODM requerirá que la agenda de desarrollo esté
integrada plenamente en los esfuerzos para impulsar el crecimiento y
reconstruir la economía global. Entre las prioridades de dicha agenda
está el problema del cambio climático, que se debe considerar como
una oportunidad para desarrollar tecnologías ‘ecológicas’ más
eficientes e introducir los cambios estructurales necesarios que
contribuirán al crecimiento sostenible. El alcance de los ODM
obligará también a hacer un mayor hincapié en áreas y grupos de
población que han quedado claramente rezagados como las
comunidades rurales, los hogares más pobres y las minorías étnicas,
quienes participarán en la construcción de un futuro común.

SHA ZUKANG
Secretario General Adjunto para Asuntos Económicos y Sociales


Extracto tomado de Objetivos del Desarrollo del Milenio. Informe 2009http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/pdf/MDG_Report_2009_SP_r3.pdf

El objetivo: erradicar la pobreza extrema y el hambre


© UNICEF/HQ98-0891/Pirozzi

Metas para 2015:

- Reducir a la mitad el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día

- Reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre

A quienes más afecta la pobreza es a los niños y niñas. Aunque la privación grave de bienes y servicios perjudica a todos los seres humanos, resulta más amenazante para los derechos de la infancia: a la supervivencia, la salud y la nutrición, la educación, la participación y la protección contra el peligro y la explotación. Establece un entorno que perjudica el desarrollo infantil de muchas maneras: mental, física, emocional y espiritual.

Más de 1000 millones de niños y niñas sufren una grave carencia de por lo menos uno de los bienes y servicios necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse. En algunas regiones del mundo la situación es peor que en otras, pero incluso dentro de un mismo país puede haber amplias disparidades: entre la población infantil de las ciudades y los medios rurales, por ejemplo, o entre los niños y las niñas. Un influjo turístico en una zona puede mejorar las estadísticas generales sobre la pobreza de un país, mientras la mayoría sigue siendo pobre y desprotegida.

Cada una de las privaciones incide en el efecto que tienen las otras. Por ello, cuando coinciden dos o más, las repercusiones para los niños y niñas pueden ser catastróficas. Por ejemplo, las mujeres que deben caminar largas distancias a fin de conseguir el agua necesaria para el hogar no suelen poder prestar asistencia plena a sus hijos, lo que podría afectar su salud y su desarrollo. Y los propios niños y niñas que deben caminar largas distancias para obtener agua tienen menos tiempo para acudir a la escuela, un problema que afecta especialmente a las niñas. Los niños y niñas que no están inmunizados o que se encuentran desnutridos son mucho más susceptibles de contraer enfermedades que se propagan a través de las malas condiciones de saneamiento. La pobreza agrava los efectos del VIH/SIDA y de los conflictos armados, recrudece las disparidades sociales, económicas y entre los géneros y socava los entornos protectores de las familias.

La pobreza contribuye a la desnutrición, que a su vez es un factor importante en más de la mitad de las muertes de menores de cinco años en los países en desarrollo. Alrededor de 300 millones de niños y niñas se van hambrientos a la cama de todos los días. De esta cifra, solamente un 8% son víctimas del hambre o de otras situaciones de emergencia. Más de un 90% sufren desnutrición a largo plazo y carencia de micronutrientes.

El mejor comienzo en la vida es fundamental para los primeros años del niño, no solamente para su supervivencia sino también para su desarrollo físico, intelectual y emocional. Por ello, estas privaciones ponen enormemente en peligro la capacidad del niño para alcanzar su pleno potencial, un factor que contribuye a potenciar el ciclo de pobreza y hambruna sin fin que vive la sociedad.


Para romper este ciclo, es preciso satisfacer los derechos de la infancia. Al proporcionarles educación básica, atención de la salud, nutrición y protección es posible obtener resultados que tienen una magnitud muchas veces mayor que las intervenciones eficaces con respecto a sus costos que los produjeron. Las posibilidades de supervivencia de niños y niñas, y de disfrutar un futuro productivo, aumentan enormemente, al igual que las posibilidades de que la sociedad mundial sea equitativa y pacífica.

UNICEF responde mediante:

Fomento de las capacidades nacionales para brindar atención primaria de la salud. Alrededor de 270 millones de niños y niñas, algo más del 14% de toda la población infantil en los países en desarrollo, carecen de acceso a los servicios de atención de la salud. Pero mejorar la salud de la infancia es solamente una de las muchas responsabilidades que existen en la lucha contra la pobreza. Un niño sano se convierte en un adulto sano: personas que mejoran sus propias vidas, sus comunidades y sus países. Todas las labores en esta esfera contribuyen también a avanzar el Objetivo 4, mejorar las tasas de supervivencia infantil.

Ayudar a los niños y niñas del mundo a sobrevivir y prosperar es una de las actividades básicas de UNICEF, y la inmunización es muy importante para ello. UNICEF, que es uno de los principales compradores de vacunas del mundo, adquiere y ayuda a distribuir vacunas a más de un 40% de los niños y niñas en los países en desarrollo. Los programas de inmunización incluyen asimismo otras iniciativas eficaces con respecto a los costos en materia de salud, como la administración de suplementos de micronutrientes para luchar contra la desnutrición y los mosquiteros tratados con insecticidas para combatir el paludismo.

Junto a los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales a nivel nacional y de la comunidad, UNICEF trabaja para fortalecer los sistemas locales de salud y mejorar el cuidado del niño en el hogar, algo que incluye la rehidratación oral para salvar las vidas de los recién nacidos con graves casos de diarrea, y promover y proteger el amamantamiento.

Escolarizar a las niñas. Alrededor de un 13% de los niños y niñas de 7 a 18 años en los países en desarrollo no han acudido nunca a una escuela. Esta tasa es de un 32% entre las niñas de África subsahariana (27% para los niños) y de un 33% entre los niños y niñas que viven en las zonas rurales de Oriente Medio y África del Norte. Sin embargo, la educación es tal vez la barrera más firme contra la pobreza, especialmente para las niñas. Las niñas que han recibido una educación tienen más posibilidades de casarse más tarde y tener hijos más sanos. Son más productivas en el hogar y reciben mejores salarios en el lugar de trabajo, son más capaces de protegerse contra el VIH/SIDA y de participar en la toma de decisiones a todos los niveles. Además, esta actividad de UNICEF permite avanzar los Objetivos 2 y 3: la educación primaria universal y la igualdad entre los géneros.

A este fin, UNICEF trabaja en 158 países, y exhorta a los organismos encargados del desarrollo, los gobiernos, los donantes y las comunidades a incrementar sus esfuerzos en pro de la educación de todos los niños y niñas, y posteriormente se encarga de coordinar estos esfuerzos. Los programas difieren de un país a otro según las necesidades y las culturas, pero pueden incluir asistencia en la financiación, logística, tecnología de la información, agua y saneamiento en la escuela, y programas de estudios favorables para la infancia y sensibles a la diferencia de género.

Apoyo a una buena nutrición. UNICEF procura contribuir a evitar los peores efectos de la desnutrición financiando y ayudando a los países en el abastecimiento de micronutrientes como el hierro y la vitamina A, que es esencial para un sistema inmunológico sano, durante campañas de vacunación o por medio de los alimentos enriquecidos. UNICEF, los gobiernos, los fabricantes de sal y organizaciones del sector privado colaboran también en la eliminación de la carencia de yodo, que es la principal causa del retraso mental prevenible y el daño cerebral, por medio de la campaña de educación para la yoduración universal de la sal. UNICEF desempeña también su labor en las comunidades hablando con los cuidadores de los niños y niñas sobre la mejor manera de proporcionarles una nutrición equilibrada, especialmente por medio del amamantamiento.

En las situaciones de emergencia, UNICEF evalúa las necesidades nutricionales y de salud de las personas afectadas, protege y apoya el amamantamiento mediante la organización de lugares seguros para mujeres embarazadas y lactantes, distribuye micronutrientes esenciales, apoya los centros de alimentación terapéutica para niños y niñas gravemente desnutridos, y proporciona alimentos a los huérfanos.

Asistencia para la mejora del agua y el saneamiento. Uno de cada tres niños y niñas del mundo en desarrollo -es decir, más de 500 millones- carece de acceso a cualquier tipo de instalación de saneamiento. Y alrededor de 400 millones de niños y niñas, uno de cada cinco, no tienen acceso a agua potable. Al mismo tiempo, el agua no potable y la falta de saneamiento adecuado causan alrededor de 4000 muertes infantiles al día. Por medio de la promoción, la financiación y la asistencia técnica, UNICEF trabaja en más de 90 países de todo el mundo para mejorar el abastecimiento de agua y las instalaciones de saneamiento en escuelas y comunidades, y para mejorar y promover prácticas higiénicas seguras.

En las situaciones de emergencia, UNICEF proporciona agua potable y colabora con las comunidades desplazadas en la búsqueda o sustitución de nuevos recursos de agua y la construcción de letrinas. Cada vez más, UNICEF hace hincapié en los programas de prevención que fortalecen la capacidad de los gobiernos y de los aliados para prepararse frente a las peores situaciones posibles.

Crear un entorno protector para la infancia. Los conflictos son más frecuentes en los países pobres, especialmente en aquellos que están mal gobernados y donde hay desigualdades agudas entre los grupos étnicos o religiosos. En un entorno donde prima el desorden se incrementan los riesgos de que se produzcan secuestros y casos de violencia sexual, de que se explote a los niños y niñas, y de que surjan tensiones por la obtención de vivienda y educación, o simplemente para sobrevivir.

Con el fin de cumplir un objetivo esencial de la Declaración del Milenio, la protección de los más vulnerables, UNICEF promueve la concienciación y el seguimiento de todas estas cuestiones, y fomenta la promulgación de leyes más duras para los explotadores de la infancia. Colaborando con individuos, grupos cívicos, gobiernos y el sector privado en este terreno, UNICEF contribuye a establecer y fortalecer redes locales de seguridad para la infancia, entre ellos centros comunitarios de cuidado infantil, escuelas, y servicios sociales básicos.

Promoción, concienciación y asistencia en la formulación de políticas que favorezcan el bienestar de la infancia. Por último, UNICEF complementa estas actividades sobre el terreno con la promoción de políticas a todos los niveles del gobierno. Al difundir información y ofrecer asistencia técnica, UNICEF colabora con los países en la formulación y puesta en práctica de programas que ayudan a asegurar el derecho de la infancia a sobrevivir y prosperar.

Estas actividades incluyen trabajar con los gobiernos en amplios marcos nacionales de planificación como los Documentos de estrategia de reducción de la pobreza y los enfoques sectoriales a la programación (SWAPs), que ayudan a los países y los donantes a determinar necesidades y crear un plan para el cambio basado en resultados.

Estas políticas y programas no se producen en el vacío. Junto a los comités nacionales, otros organismos de las Naciones Unidas y grupos privados internacionales, UNICEF ayuda a los países a llevar a cabo investigaciones para definir y medir la pobreza de la infancia, y luego contribuye a establecer un sistema para supervisar los resultados.

Progresos

Algunos países han logrado grandes progresos en el logro de este Objetivo, pero los resultados son desiguales. La India y China se encuentran bien encaminadas para alcanzar por lo menos el objetivo relativo a los ingresos, pero en un ejemplo clásico de disparidades nacionales, alrededor de 221 millones de personas en la India y 142 millones en China están crónica o gravemente desnutridos.

Más de la mitad de las personas desnutridas, un 60%, se encuentran en la región de Asia y el Pacífico. Un 30% de los recién nacidos en Asia meridional en 2003 tenían bajo peso, el mayor porcentaje en el mundo.

Casi con toda seguridad, la mayoría de los países de África subsahariana no lograrán alcanzar ambos objetivos. En esta región hay 204 millones de personas hambrientas y es la única del mundo donde hay cada vez más casos de hambruna. Más de un 40% de los africanos no pueden incluso conseguir los alimentos suficientes para resolver sus necesidades diarias.

Artìculo tomado de: www.unicef.org/spanish/mdg/poverty.html